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Las heridas invisibles.


Las heridas invisibles son aquellas que nos llevan a crecer, a dar pasos a ciegas, huyendo del dolor… Nos hacen recostarnos en muros desechos por guerras libradas de batallas ajenas. 


Miramos y no vemos a nuestro alrededor, cegados por el dolor, ese dolor que no hace sangrar la piel, sino el alma. Las heridas del alma son invisibles a nuestra mirada, solo las podemos ver, si miramos más allá de lo que observamos en ese instante. Las heridas invisibles las camuflamos con sonrisas, maquillajes, ropas y falsas maneras, en muchas ocasiones por vergüenza y otras, por no saber qué hacer. Nadie nos enseña cómo sanar esas heridas, que generación tras generación heredamos sin compasión, sin amabilidad y sin ser vistos. 


Las heridas invisibles es una metáfora para descubrir, que de aquello de lo que no hablamos si existe. Ilumina habitaciones y mundos interiores de seres maravillosos que esconden por temor esa luz que resplandece en las personas rotas; y que no vemos por la ceguera compartida en la humanidad heredada sin control.


Las heridas invisibles nos acompañan, como una sombra prolongada o corta de nuestro ser. No las elegimos, nacen del amor roto, del dolor, del abandono, del desconocimiento y la inocencia, son nuestras experiencias vividas, nuestros instantes de agonía, nuestras elecciones y nuestra responsabilidad. 


Las heridas invisibles nos hacen únicos, excepcionales, mágicos y en ocasiones transforman nuestras vidas; pero lo más interesante de las heridas invisibles, es que en su mayoría son guardadas como un tesoro en lo profundo del mar de cada ser, sin saber que para sanarlas es necesario compartirlas, dejarlas al descubierto, brindarles oxígeno, a pesar de no saber en qué muro decidamos recostarnos cegados por el dolor. Si nos permitimos abrir ese cofre allá desde lo profundo, se iluminará nuestro alrededor y esa propia luz será la que nos guíe hacia la siguiente etapa de nuestra propia vida.


Las heridas invisibles, no por esconderlas, se harán más pequeñas, diminutas o tenues. Las heridas del alma son nuestra guía, nuestra luz, nuestros maestros para este camino de humanidad compartida. 


Gracias por leerme !!






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